Guadalajara es un destino que tiene una gran oferta para disfrutar de la temporada vacacional; cultura, gastronomía y entretenimiento para todos los gustos
El verano se avecina con su temporada de calores amenos, lluvias ocasionales y atardeceres que se conservan para siempre en la memoria, pero sobre todo con un ámbito festivo y unas ganas de vivir y de salir que son características de esta temporada, y que en Guadalajara se disfruta como en pocas partes del mundo. Guadalajara, ciudad calurosa, festiva, canicular, es una parada obligatoria y un destino de verano, y como tal ofrece una infinita oferta de actividades para salir y pasearla durante esta temporada, para bailarla y cantarla, para comerla y degustarla, para vivir esta cara suya que resplandece como nunca con el arribo de esta temporada del año.
El verano suscita la sed, los encuentros entre copas, y Guadalajara tiene una amplia variedad de cantinas tradicionales, algunas de más de cien años, donde el tiempo se detuvo entre los muros tapizados de recuerdos, y que son un buen punto de partida para conocer la ciudad que fue. Cantinas como La Fuente, la Sin Rival -la más antigua de la ciudad, ya presente en la urbe desde que Porfirio Díaz seguía siendo presidente-, el Mascusia, La Iberia o los Famosos Equipales, son parada de ley para conocer la Guadalajara de barrio, más arrabalera, de tragos ardientes y música de antaño.
Pero también es ideal perderse en las calles de los barrios fundacionales de Guadalajara, como Analco, las 9 Esquinas o Mexicaltzingo, para encontrar tabernas menos afamadas y más auténticas, o experiencias gastronómicas legítimas en fondas y cenadurías, en puestitos humeantes en sus plazas y kioscos, donde aquellos sabores que hacen única a nuestra ciudad se disfrutan del sazón de quienes verdaderamente saben.
En el Centro Histórico los paseos en familia son para todos. Se puede pasar el tiempo caminando y disfrutando de las fuentes ubicadas a lo largo de Paseo Alcalde y por supuesto, terminar el recorrido disfrutando del espectacular carrusel que se encuentra ubicado en Jardín Reforma y que cautiva a niños y adultos por igual.
Pero Guadalajara también es naturaleza, en el verano más que en ninguna otra época, y ofrece más actividades que las del concreto. A menos de 40 minutos de la ciudad, el Bosque de la Primavera es un remanso de silencio entre árboles y pájaros, ideal para disfrutar de un día de campo, practicar senderismo o relajarse entre sus caudales de agua tibia, a solas con la familia. En los límites de urbe, la Barranca de Huentitán cuenta con enormes parques como Selva Mágica y el Zoológico Guadalajara, ideales para las infancias, mientras que la Barranca misma es el sitio por excelencia para poner a prueba el cuerpo en sus cuestas empedradas entre los mezquites, y sus vías antiguas que desafían la gravedad. Los Colomos y el Parque Metropolitano, son otros sitios donde las familias y los amigos pueden encontrar un espacio ameno entre los pastos y los árboles, y donde las horas del verano dejan de contarse.
Guadalajara también es cultura. Recintos como el Museo Cabañas, el Museo de las Artes (MUSA), albergan exposiciones y actividades de verano para niños, jóvenes y adultos, desde exposiciones hasta clases y talleres donde el arte se fusiona con el aprendizaje; el Teatro Degollado, casa de la Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), recién acaba de arrancar temporada, por lo que los jueves y los domingos del verano son cita obligatoria para los amantes de la música, y para disfrutar en vivo una de las mejores orquestas de México: la nuestra.
Como ciudad bicicletera, la Perla Tapatía debe recorrerse en esta temporada, ya cuando los árboles han florecido y el calor es disfrutable, después de que las lluvias dejan un desorden feliz de hormigas voladoras y charcos atornasolados en el asfalto; las calles principales de la ciudad cuentan con ciclovías ideales para andar en bici, en patín, en patineta o cualquier artilugio con ruedas. No hay mejor manera de recorrer el Centro Histórico que a través del Paseo Alcalde, el andador peatonal más largo de México, con más de cuatro kilómetros, atravesando un promedio de 23 manzanas entre fuentes, jardineras y árboles, y a lo largo de muchos de los sitios más icónicos de nuestra ciudad, como la Catedral, la Cruz de Plazas, el Santuario, Los Dos Templos. Y luego de caminarlo o andarlo en bici, refrescarse con un tejuino escarchado de hielo, una nieve de garrafa, o un raspado de frutas de temporada, es un auténtico placer no solo veraniego, sino tapatío.
En gastronomía, Guadalajara ofrece un menú para todos los gustos, exigencias y presupuestos, desde experiencias gourmet en restaurantes de lujo, hasta sazones descomplicadas en nuestros barrios tradicionales: carne en su jugo en Santa Tere, tortas ahogadas en Mexicaltzingo, birria en Las 9 Esquinas, pozoles, flautas y sopes en Analco, cervezas y tragos en la Americana, tostadas de ceviche, cóctel de camarón, menudo hirviente y quesadillas recién hervidas en San Juan de Dios. Tacos en cualquier esquina, de pastor, de asada, de adobada, en plenas noches calurosas del verano. Ciudad golosa, ciudad de postres: jericallas, churros azucarados, esquites y guasanas en las plazas y los kioscos de los templos, antes del anochecer: de todo y para todos, a todas horas, y en todas partes.
Llega “volando” a la ciudad desde el aeropuerto
Hasta hace no mucho, llegar de Guadalajara hasta el Aeropuerto Internacional Miguel Hidalgo -y viceversa- era una odisea azarosa. Hoy en día, no bastan más que diez pesos para conseguirlo, por medio de las ventajas y facilidades que ofrece el transporte público. Sin tarifas excesivas, sin precios desmedidos, sin la incertidumbre. Guadalajara dispone al servicio de la gente, ya sean locales o visitantes, distintas opciones fáciles para llegar al Aeropuerto, y sin complicaciones, por medio del camión.
La ruta eléctrica C98, que parte desde la estación Periférico Norte del Tren Ligero, recorre todo el Periférico hasta carretera a Chapala, y posteriormente llega hasta el Aeropuerto, a tan solo unos metros de sus instalaciones. La ruta tiene una frecuencia de paso de 30 a 45 minutos, por lo que es necesario tomarla con tiempo, pero conduce hasta las puertas del Aeropuerto por tan solo 9.50 pesos, además de que los autobuses están acondicionados para llevar maletas.
Otra opción es la ruta T13 A/6, que sale de las inmediaciones de Los Dos Templos, en pleno Centro Histórico, en concreto en Avenida La Paz cerca de la Calzada Independencia. Tomando R. Michel hasta carretera a Chapala, la T13 A/6 es otra ruta de transporte público que se adentra hasta el aeropuerto, tan solo por $9.50 pesos, permitiendo a los tapatíos una manera mucho más fácil y económica de arribar a la terminal aérea sin complicaciones. Ya no es necesario desfalcar el bolsillo para llegar al Aeropuerto. El transporte público lleva hasta sus puertas, por menos de diez pesos.
CT