El recientemente golpeado peso mexicano, sujeto de fuertes embates internos y externos, podría seguir debilitándose frente al dólar ante una esperada volatilidad asociada a los temores de recesión en su vecino y principal socio comercial, Estados Unidos, y a las venideras elecciones en ese país.

 

Luego de haber llegado a máximos en casi una década en abril de 16.25 unidades apoyado por sólidos ingresos de capital seducidos por altas tasas de interés conocido como “carry trade”, el otrora “súper peso” se ha desinflado y el miércoles cotizaba alrededor de 19.15 por dólar.

 

Un cóctel que incluye reformas constitucionales en México, especialmente una al Poder Judicial; un mayor déficit fiscal local; un escenario en el que Donald Trump gane los comicios estadounidenses y pueda tomar medidas que afecten a su socio latinoamericano y una contracción económica en ese país, podrían poner contra las cuerdas el peso y llevar el tipo de cambio rumbo a los 21 por dólar, según analistas.

“La volatilidad implícita ha aumentado y hay varios riesgos hacia adelante tanto de México como de Estados Unidos“, consideró Jorge González, director de la consultoría Asesores en Divisas y Riesgos. “Estamos formando una tendencia de alza de mediano plazo”, dijo respecto al tipo de cambio.

 

Una encuesta del grupo financiero Citibanamex entre especialistas económicos mostró esta semana un consenso dividido respecto a sus proyecciones para el cierre de año que se ubican en un amplio rango entre 18 por dólar hasta las 20.10 unidades.

Dolar-peso, trading

La primera prueba de fuego vendrá el jueves cuando el banco central de México (Banxico) anuncie si mantiene la tasa clave. Hay división de opiniones en el mercado, pero una leve mayoría espera que la deje en su nivel actual del 11% lo que contendría temporalmente el debilitamiento del peso, en un escenario de débil expansión económica y aceleración de inflación general.

“Suponiendo, como esperamos, que no mueva la tasa, entonces a lo mejor le pone un techo a la presión y se puede empezar a bajar un poco y para las siguientes semanas, los siguientes días, acercarse a los 18 por dólar”, dijo James Salazar, subdirector de análisis económico de CIBanco.

 

Meses turbulentos

El punto de quiebre del peso inició tras las elecciones del 2 de junio, cuando la aplastante victoria oficialista abrió la puerta a una serie de polémicas reformas impulsadas por el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, que se teme que podrían dañar el clima de negocios en la segunda mayor economía de la región.

 

Sólo en la semana posterior a los comicios, la moneda cedió un 8% de su valor por la incertidumbre de los inversionistas, su peor desempeño desde la pandemia.

Las presiones se exacerbaron en días recientes tras una serie de débiles datos en Estados Unidos, que llevaron al peso el domingo por la noche a superar brevemente las 20 unidades por primera vez en casi dos años, también golpeado por un fortalecimiento global del yen japonés.

 

Aunque algunos expertos calificaron el episodio como una sobrerreacción de los mercados, otros afirmaron que sentó las bases a nuevos rangos de operación por encima de 19 por dólar y que en los próximos meses podría seguir debilitándose.

 

En el panorama local, septiembre será un mes clave dado que se espera que algunas reformas constitucionales, que también incluyen la desaparición de algunos órganos autónomos clave, sean aprobadas por el Congreso de forma expedita.

Además, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, asumirá el poder el 1 de octubre con el reto de presentar un presupuesto para el 2025 que logre reducir el déficit fiscal desde un estimado actual de este año del 5.9% -el mayor desde la década de 1980- a alrededor del 3% para el próximo, algo visto como urgente por las agencias calificadores de riesgo.

 

“Vemos unas semanas complicadas para el mercado, semanas y meses” afirmó Humberto Calzada, economista en jefe de la firma Rankia Latinoamérica, quien dijo que los días de jauja del “súper peso” se veían ya “muy lejanos”.

 

Reuters