Nuevo León.-  El agua de la presa El Cuchillo no sólo se la lleva Tamaulipas, sino también un proceso físico muy importante: la evaporación, cuya principal causa, de acuerdo con expertos, es la radiación solar.

 

Mientras la precipitación media anual en el acuífero China-General Bravo es de 552 milímetros al año, los especialistas calculan que este 2024 podrían evaporarse del gran embalse hasta 2 mil milímetros, dejándolo a un 70 por ciento de su capacidad.

“Lo que sí, será la evaporación, sobre todo la del Cuchillo, bastante considerable, del orden de los 2 mil milímetros anuales, pero creo que los volúmenes almacenados en ambas presas andarán del orden del 70 al 75 por ciento”, dijo el hidrólogo Alfredo González en entrevista para ABC Noticias.

Por lo tanto, ya desde 1999, autores como Francisco Flores y Christopher A. Scott apuntaron que sería conveniente que El Cuchillo no permanezca lleno mucho tiempo, dado que las evaporaciones podrían superar las extracciones.

 

“(Sería necesario) considerar qué tan benéfico resulta el mantener volúmenes altos almacenados en la presa El Cuchillo, ya que esto implica que van a presentarse volúmenes considerables evaporados, y los cuales muchas veces van a ser mayores a los extraídos”, se lee en un trabajo de ambos publicado en ese año por el Instituto Internacional del Manejo del Agua.

 

Y es que, pese a que en este siglo ya existe tecnología para minimizar las pérdidas por evaporación en las presas, México se encuentra lejos todavía de ello.

 

Algunos de estos métodos para reducir la evaporación de los embalses son las monocapas de alcoholes grasos los sistemas modulares flotantes de diversas geometrías, los paneles fotovoltaicos, las cubiertas flotantes continuas y las cubiertas suspendidas, de acuerdo con un trabajo de expertos de la UNAM intitulado “Métodos para evitar la evaporación de agua en reservas abiertas”.

 

“En la actualidad, existen diversas estrategias que permiten abordar de manera efectiva y eficiente el problema de la evaporación del agua.

“Sin embargo, en México, los esfuerzos se han centrado en aplicaciones que no necesariamente están relacionadas con la reducción de evaporación en embalses o reservorios a cielo abierto”, dice la publicación científica de enero de 2024.