Desde el crucero vehicular de la ciudad istmeña de Juchitán, al sur de Oaxaca, Rachel, Isairú, Kleiver y Roberth trabajan en un restaurante ambulante de comida venezolana.
Hablan de sus sentimientos encontrados, la rabia y la desesperanza que les provoca el triunfo y la reelección de Nicolás Maduro en su país, ocurrida hace apenas dos días, el 28 de julio.
“Queremos un Venezuela libre, la esperanza de volver a nuestro país murió el 28 de julio” dicen con euforia estos cuatro jóvenes entre 19 y 25 años de edad, que abandonaron su país por considerar que son indignas y pésimas condiciones de salud, empleo y educación.
Los cuatro venezolanos recalcaron que, “desafortunadamente, en el gobierno de Maduro la lucha ha sido por acaparar el territorio y repartirse las riquezas para unos cuantos”.
Lamentaron que desde el 2005, hace 19 años, cuando tomó posesión Maduro tras la muerte del expresidente, Hugo Chávez, las fábricas, y los recursos naturales han sido devastados y vendidos.
“Las fábricas están cerradas, los recursos naturales expropiados, vendidos, y enriquecidos, mientras que nosotros tuvimos que migrar, dejarlo todo y huir por una mejor vida”.
Isaurí y Kleiver abandonaron Venezuela hace 4 meses y dejaron a su hijo de 9 meses de edad al cuidado de sus padres, con la confianza de volver algún día; sin embargo, con los resultados de las elecciones, el retorno se ve muy lejano.
“Salimos de Venezuela por un mejor futuro, allá tenía dos trabajos, en la mañana, era albañil y en la tarde, atendía un restaurante, y aún así nada alcanzaba y por eso decidimos migrar”, dijo Kleiver.
Rachel, de 25 años de edad y con 7 meses de embarazo, lamentó que la falta de acceso a la salud haya sido una de sus razones para abandonar Venezuela.
“Allá todo lo pagas tú, si requieres un servicio médico, es alto , todo se ha desmantelado, el que Maduro haya gobernado y siga queriendo, Venezuela se hundirá más. Es muy triste y da impotencia lo que estamos viviendo”.
Roberth tuvo que emplearse en la venta de comida venezolana para obtener unos cuantos pesos, y poder seguir su camino.
“Acá nos dieron empleo y preparamos la comida con sabores de nuestra tierra, que son pollo asado, carne, frijol, arroz, ensalada de col, plátano y todo lo vendemos a 60 pesos, al día vendemos unos 100 platillos”, dijo.
De 28 años de edad, el venezolano contó que es la segunda vez que cruza el territorio mexicano, tras permanecer 60 días recluido en Texas.
Lamentó que Maduro se hubiera reelegido, sin embargo celebró que pueda darse un golpe de estado, pues su gobierno ya es obsoleto y acabó con su nación.
Los cuatro venezolanos recalcaron que seguirán resistiendo en busca del sueño americano, y ahora con la reelección de Maduro, es muy seguro, que la migración crecerá aún más.